Tamara Santander: “Una aventura que recordaré para siempre”#RaceReport #TransibéricaBasajaunUltracycling

Race Report Transibérica Basajaun Ultracycling

¿Qué es BASAJAUN?

Carrera de Ultra ciclismo Gravel de 795 km y 15000 metros de altimetría acumulada que parte y termina en la ciudad de Vitoria en el País Vasco, España. 

Parto esta travesía el día lunes 25 de julio en un vuelo Santiago – Lima – Madrid lugar al que llego el día martes 26 en la tarde y el 27 tomo un tren que me llevará a la ciudad de Vitoria. 

Como viajar con bici nunca ha sido una tarea fácil, cuando la saqué de su maleta en Vitoria, me dí cuenta que la pata de cambio sufrió algunos golpes en el viaje y no pasan los cambios. Por suerte estoy en una ciudad muy ciclista y encontré un taller donde solucionarlo, cerca del hotel.

Los dos días siguientes salí a recorrer la ciudad para mover las piernas y ponerme en ambiente de carrera. En esos días iban llegando los otros chilenos a la ciudad y comienza la camaradería previa, ya sabemos que cuando se dé la largada no nos veremos por varios días. 

Viernes 29 en la tarde y ya estamos en la entrega de kits y luego charla técnica, esta instancia es muy entretenía porque te reencuentras con amigos de otros países que también aman esta locura llamada ultra. 

Después de la charla se armó un grupito para ir a cenar, último momento de relajo pre carrera.

Ya de vuelta al hotel para el armado de bolsos y la toma de decisiones con respecto a qué llevar, lo que sobre o falte puede hacer una gran diferencia. 

He venido a correr la BASAJAUN con una 3T Exploro Race, montada con transmisión Campagnolo Ekar, Corona 38, piñón 10 – 44, ruedas 700 y neumáticos Schawable G-One Ultrabite 40c. 

En bolsos e indumentaria he decidido llevar lo siguiente:

  • Front Bag Apidura: Colchoneta, Bivvy, geles, calentadores para el cuerpo.
  • Frame Bag Plasmo: Powerbank, luces de repuesto, frontal, cables y enchufes, pilas, manta de emergencia, dinero y documento de identificación, y strap Choike.
  • Sea Bag Apidura: chaqueta de pluma, chubasquero, primera capa, calcetines, guantes, buff, cintillo, short y polera para dormir, bolsa seca, pequeña toalla de microfibra.
  • Tres caramañolas de agua en la bici.

Sábado 30 de julio: 7:30 am y ya me encuentro en la largada, empiezan a llegar los competidores y se comienza a sentir el nerviosismo de una nueva aventura. 

Son las 8:00 y se da comienzo a la carrera, partimos en un neutralizado que se extiende durante los primeros 6 km. Es un día nublado y vamos directo al Parque Natural de Urbasa el camino es a ratos hermosamente “pedaleable” y luego sumamente técnico, al nivel de tener que caminar y hacer unos hike bike que hacen que te cuestiones cómo será el resto de la carrera. Estos primeros 100 km son por una zona boscosa y con vistas increíbles. 

Ya en el km 100 entramos en una zona bastante seca y cruzamos varios pueblos encantadores del sector, dentro de las cosas que llaman la atención en este recorrido es que en muchos sitios por los que pasamos hay fuentes para rellenar caramañolas y refrescarte (algo que no vemos en Chile).

En el km 170 me detuve en un restaurante para mi primer y única comida sólida que tendré este día, estoy bastante extenuada. Cuando logro recuperarme, decido seguir.

A las 10 de la noche ya está oscuro y sigo pedaleando intentando avanzar todo lo que pueda en este primer día, hay zonas fáciles de pedalear y otras en las que el camino se pierde, dificultando el pedaleo (mi ciclo computador wahoo ayuda bastante en ese sentido).

Son las 2:00 am del día domingo y decido que después de 18 horas de pedaleo es hora de descansar, estoy en un pueblo que se llama Burguete, tiro mi colchoneta y mi bivvy para dormir al costado de algo que parece ser una tienda. Pongo el despertador para que suene en tres horas más y así a las 5:30 de la mañana estar nuevamente pedaleando. 

Domingo 31 de Julio 5:30 am y es hora de comenzar el segundo día de pedaleo, ahora voy camino a Irati, en este tramo volvemos a tener un cambio de clima, la mañana está bastante más fría, en este tramo tenemos lugares hermosos para pedalear, bajadas frías y partes en las que nuevamente no hay camino y debes buscar la forma de llegar caminando con la bici a cuestas al camino pedaleable. En el km 250 y siendo ya medio día paro en un pueblo a desayunar, relleno nuevamente caramañolas y sigo avanzando hasta el pueblo de Artzibar (km 270) donde junto a otros dos corredores paramos a almorzar. Allí entre todos tomamos la decisión de descansar en la tarde debido al calor agobiante del momento (37°) y retomar el pedaleo al atardecer. La parada fue de 3 horas finalmente. En ese momento estaba en el tercer o cuarto lugar de la categoría femenina, por lo que sabía que debía ser muy eficiente el resto de la jornada nocturna para recuperar los puestos perdidos. 

Y fue así que ese dia pedaleé desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana del día siguiente cuando llegué al pueblo de Ujue (km 382) y allí decido tirar mi colchoneta y bivvy pero esta vez por mucho menos tiempo, el despertador sonaría a las 7 am (solo 1 hora de sueño).

Lunes 1 de agosto: ya me acercaba a Bardenas Reales, me acercaba al desierto y lo quería pasar lo más temprano posible. Primero paso por el pueblo de Melida a reabastecerme de líquidos y comida para ese tramo que podía ser muy duro. 

El desierto es increíble, aunque hubo momentos en los que de verdad creí que estaba dando vuelta en círculos y me asusté. Pero de repente a lo lejos veo un paisaje que había visto en fotos y llegó el alivio al ver gente de la organización ahí. Ahora ya estaba segura que iba en el camino correcto.

Ah, se me olvidaba contar que durante el pedaleo de noche volví a quedar primera en la categoría femenina. 

Saliendo del desierto nuevamente encuentro un pueblo para abastecerme, hago una parada rápida y sigo mi camino, estoy tratando de ser lo más eficiente posible para poder mantener la posición que llevo. 

En el Km 500 me detengo nuevamente por un descanso, estoy en un servicentro donde decido comer unos helados, un sandwich y recargar agua. 

Ese día pedaleo hasta Arnedillo, son las 9 de la noche y me encuentro con otros corredores que sabían de un hotel en los alrededores y decidí quedarme allí, serán las únicas horas de hotel en toda la carrera, me doy una ducha rápida y bajo a comer al restaurante para acostarme lo antes posible. A las 10 pm estoy lista para dormir y 3 horas después arriba de la bici para encarar un nuevo día.

Martes 2 de agosto: Casi toda la ruta de ese día fue en solitario con varias horas de oscuridad.  El primer tramo de ese día fue desde el km 540 hasta el km 644.

Hike bike, gravel perfecto, subidas de cemento extenuantes hasta llegar al Monasterio de Valvanera donde llego a las 2 de la tarde después de 12 horas de pedaleo. Decido comer algo y tomar 2 infaltable Coca Cola.

Debo hacer el último tramo de la Sierra de la Demanda y no sabía lo duro que era, son las 2:30 de la tarde, calor intenso, nos habían anunciado por mensaje que tuviéramos cuidado con las temperaturas en esa zona. Tenía 2 opciones, esperar disminución de la temperatura (y que Silvia corredora que venía segunda me alcanzara) o arriesgarme a subir, con el sol apuntándome sus rayos… 

Adivinen que elegí… 

…. Si, decidí subir y aunque sabía que era una decisión muy arriesgada en ese momento era todo o nada. Los primeros 3 km fueron terribles, el Wahoo marcaba 53 grados y a ratos dudé de estar haciendo lo correcto. En ese tramo el desarrollo de la bici no daba para subir pedaleando y me tocó caminar, no había sombra y solo tenía el agua que llevaba en 3 caramañolas y 3 botellas de agua de 500cc que había comprado en el Monasterio y que viajaban en la tricota. Con esa temperatura sabía que el agua no sería suficiente y de repente en km 4 de la subida veo caer un hilo de agua por la pared del cerro y decido llenar 2 de las botellas plásticas para poder mojar el cuerpo y así usar el agua potable sólo para tomar. No tengo idea de dónde venía el agua, olía bastante mal, pero hay momentos en que eso tiene poca relevancia. Fueron 17 km y casi 4 horas subiendo hasta Pico Tres Cruces. Luego bajadas y subidas hasta llegar a Ezcaray (km 690 aprox), alli llegué a las 8 de la noche, cené… ya sabía que el último tramo de carrera sería muy duro y muy complicado de hacerlo de noche. Pedaleé hasta las 12 de la noche y llegué a un pueblo llamado Labastida (km 735 aprox) allí, en el costado de una iglesia tiré mi colchoneta y bivvy, sabiendo que sería la última noche en la calle y que al día siguiente iría directo a meta, decidí dormir un poco más y el despertador sonó a las 5 am. 

Miércoles 3 de agosto: A las 5:30 am estoy pedaleando para hacer los últimos kms de carrera.  Pero como nada puede ser tan fácil en el ultra, a las 6 de la mañana se pone a llover y no pararía hasta llegar a meta. Tal como me habían dicho, la ruta era difícil, pendientes que no permitían pedalear, senderos técnicos y muuuuchas piedras hacían de este tramo el más lento, pero esto no me detenía, sabía que iba camino a meta, en primer lugar y que si no pasaba nada en ese tramo, lograría lo que en algún momento fue nada más que un sueño. 

60 km, 1300 mts de altimetría y casi 6 horas de pedaleo, con esos números rematé el último día y el fin de una aventura que recordaré para siempre. 

Ya estoy en Vitoria, en la meta y con una emoción indescriptible.

El esfuerzo de meses hoy por fin tenía su recompensa. 

1° lugar Solo Femenino!!!

por Tamara Santander

Fecha del carrera 30 de julio-3 de agosto de 2022

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