Respiramos ciclismo en el CicloClub Santiago#CicloClubSantiago #RidechileNews

El pasado sábado 23 de junio fuimos invitados a un paseo Santiago-Quintay con el Ciclo Club Santiago, al que aceptamos inmediatamente, ya que queríamos conocer en persona a uno de los clubes de ciclismo con mayor historia en el país.

La aventura comenzó en el estacionamiento del Parque Araucano, desde donde nos fuimos en Bus (con las bicicletas montadas en un carro porta bicicletas) a los pies de la Cuesta Lo Prado (lado poniente) pasando el desvió hacia la cuesta de Barriga. El frío matinal (2°C a 3°C) nos obligó a sacar nuestro mejor repertorio de ropa de invierno: cubre botines, calzas largas, 3 capas superiores, buenos guantes, orejeras y muchos incluso un pañuelo para cubrir la boca y nariz.

Todos agrupados éramos aproximadamente 50 ciclistas, mayoritariamente hombres y unas 10 mujeres. Recibimos instrucciones generales, una descripción del circuito y por supuesto recomendaciones de seguridad para todos. La primera media hora fue a un ritmo muy tranquilo por la caletera de la Ruta 68 hasta entrar y atravesar Curacaví. Pasado el pueblo, en el kilómetro 13 inmediatamente tomamos un camino a la derecha llamado Camino El Toro por el valle que recoge las aguas del Estero Pangue y que nos deja a los pies de la cuesta del mismo nombre en el kilómetro 36 aproximadamente.

En estos 23 km el ritmo comienza a acelerar un poco. El camino tiene una muy leve pendiente que casi no se siente. Ya cerca de la cuesta nos enfrentamos a 3 ó 4 cruces de agua de unos 50 metros de ancho cada uno que deben atravesarse con precaución para evitar caídas o pinchazos. La pendiente empieza a aumentar levemente y luego, cuando las aguas del estero se pierden por la derecha, comienza la esperada Cuesta Pangue remontando la Quebrada Las Lajas. Son 8 km con pendientes de hasta 12%, pero varios tramos para recuperarse. Hacemos cumbre en el kilómetro 44,5 y debemos enfrentar una bajada temeraria. De hecho la quebrada de ese lado se llama Mal Paso. Mucha precaución en este punto. De hecho, los primeros 200 metros son de tierra, aunque está bien compacta igual requiere concentración y cuidado. Luego pendientes de hasta 22% con muchas curvas cerradas como para poner a prueba los frenos. Ni les cuento la sonajera. Probablemente es el lugar ideal para testear frenos de disco. Uno llega abajo un poco con las manos acalambradas y deseando que termine.

Nuevamente se vienen 16 km planos hasta el kilómetro 66, donde llegamos a la Plaza de Armas de Casablanca, donde nos esperaba un muy buen montado lugar de descanso y su correspondiente vituperio: sándwiches, chocolate, galletas, plátanos, naranjas, hidratación suficiente para todos los convocados. Un lujo. Comienzan a llegar poco a poco los distintos grupos y la conversación se centra en que ya no hace tanto frío, en la experiencia de pedaleo hasta este punto y en que aún quedan 50 km. Diez minutos son suficientes para recuperarse, tomar aire y reemprender la marcha.

Desde Casablanca tomamos el camino a Las Dichas, pasamos frente a la Viña Casas del Bosque en el kilómetro 70 y en el 81 pasamos por el Embalse Pitama. Unos pocos kilómetros por la caletera sur de la Ruta 68 a Valparaíso, para tomar nuevamente un camino secundarios (F-718) en el sector de Portezuelo. Un repecho al comienzo y luego buenos 7 u 8 kilómetros de un camino plano, trabado, con buen pavimento y particularmente hermoso. Agradable pedaleo trabajando en equipo, intercambiando la punta a un ritmo parejo, sin palos. En el 94,5 llegamos al cruce con el camino que empalma directo a Quintay, nuestro objetivo. Vamos bien, pensamos íntimamente.

Quienes conocían la ruta nos advirtieron que cuidáramos las piernas para los últimos 30 km. Se venían 4 “repechos” duros. Nosotros haríamos con todo respeto una doble corrección. Lo duro comienza en el kilómetro 76 faltando 40 km y lo que algunos llaman repechos son en realidad mini cuestas con pendientes de hasta 10% en tramos de 2 km a 4 km, muy matadores tal como pueden apreciar en el gráfico de altimetría.

A esa altura del “paseo” las piernas ya no funcionaban mucho y el objetivo pasó a ser llegar dignamente, así es que pasamos a usar todo el piñón disponible, y aprovechar las bajadas para relajar las piernas y disfrutar un poco la belleza del paisaje. En el kilómetro 115, por fin la distintiva entrada a Santa Augusta, nuestro destino. Pedaleo de puerta a puerta: 117 km.

En ese momento terminó lo deportivo, pero seguimos disfrutando de la organización del Ciclo Club Santiago, que tenía todo listo, ya que pudimos aprovechar duchas en los camarines y así estar listos para otra de las partes fundamentales del paseo: El segundo tiempo.

En el restaurante estaba todo listo para disfrutar de un rico y abundante aperitivo, en donde aprovechamos de conversar con los compañeros de pedaleo y saber un poco más de su historia, como así también contar historias y hacer chistes sobre lo vivido durante la mañana.

Antes de comer, conversamos con el Presidente del Ciclo Club Santiago, Guillermo Gómez, y el Director Deportivo, Ricardo “Cate” López, para que nos cuente más detalles del club.

El almuerzo también fue abundante y reponedor, y las tallas e historias continuaron en la mesa, demostrando que el grupo es, además de un grupo de ciclista de todos los niveles, muy entretenido.

Finalizada la comida, vinieron las palabras del presidente, quien hizo agradeció a los presentes y contó actividades que se realizaron en el club, como las que vienen. También nos presentó formalmente al grupo, momento que aprovechamos para agradecer la invitación y felicitarlos por el gran grupo de personas y deportistas que tiene el Ciclo Club Santiago.

Luego vino la música, algo de baile y el retorno a Santiago en el mismo transporte con las bicis en los porta bicicletas. Durante el viaje de vuelta muchos fuimos durmiendo, pero la fiesta y la buena onda continuaba, ya que la música, las risas y el baile continuó hasta que llegamos al Parque Araucano.

En resumen, una jornada redonda de deporte y camaradería. Con una logística impecable, con horarios bien definidos y todo funcionando de maravilla.

No nos queda nada más que felicitar al Ciclo Club Santiago, por su espíritu, buena onda y profesionalismo con la que realizan sus actividades.

Si quieres conocer más del Ciclo Club Santiago puedes ingresar a su Web y sus Redes Socailes (Facebook e Instagram).

Desde esta tribuna recomendamos 100% el Ciclo Club Santiago, y esperamos que pronto nos vuelvan a invitar para disfrutar de un día fantástico con ellos.

por Ridechile (Martes 26 de junio de 2018)

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