El Ciclismo se tomó Curacaví de la mano de Epic Rides

Unos pocos días antes del domingo 24 de abril tomé la decisión de ser parte del Gran Fondo Curacaví by Kross, pero esta vez desde la bicicleta y con mi GoPro, para disfrutar de un día de ciclismo y poder mostrar los paisajes y lugares del circuito.

La verdad que no me arrepiento de la decisión y creo que a partir de ahora estaré más contando mis experiencias desde adentro, algo que extrañaba y mucho.

Como detalles a tener en cuenta, la carrera tiene 120 km con un poco más de 1.100 metros de altimetría acumulada. Algunos sectores de adoquines y una bajada a la Cuesta El Pangue, en donde por los hoyos y la tierra hay que bajar con mucho cuidado. El resto, el 95% del circuito, en perfectas condiciones. Solamente a tener en cuenta, algunas curvas peligrosas bajando la Cuesta Ibacache.

Adicionalmente, una carrera de ciclismo a solamente 45 minutos de Santiago se agradece, ya que no hay que viajar y se puede dormir en la propia cama para salir no tan temprano hacia el lugar de la carrera, la cervecería Kross, que sería el lugar de largada y meta, además del tan ansiado tercer tiempo.

La carrera partió puntualmente a las 8:30 am cuando ya la temperatura era agradable, aunque minutos antes el frío solamente lo pude aguantar gracias a los amigos de Marley Coffe que estaba presentes con Alfredo y Pía para darme un cafecito calentito. ¡Gracias!

Luego de conversar con algunos amigos y algunas fotos, tuvimos que encajonarnos para las últimas indicaciones de Feña Almuna, director de Epic Rides y organizador de la primera edición del Gran Fondo Curacaví, en donde recordó que los primero 8 km eran neutralizados, ya que se iba a pasar por unos sectores de adoquines. También remarcó en varias oportunidades que la bajada de la Cuesta El Pangue no estaba en buenas condiciones, por lo que había que bajar con mucho cuidado.

Siendo las 8:30 se dio la largada y todos juntos detrás de la camioneta de la organización fuimos calentando los primeros 8 kilómetros, donde además aproveché de conversar con algunos amigos que encontraba en el camino.

Cerca de la cuesta El Pangue ya estábamos en plena carrera, una cuesta que al estar al comienzo casi no te come piernas, aunque si separó el grupo para que la bajada, en donde había que tener mucho cuidado estemos más distanciados los ciclistas.

La bajada tenía tierra y piedras los primeros doscientos metros, luego el pavimento con una gran pendiente negativa y muchas curvas con hoyos, que obligaban a bajar con los frenos presionados. Difícil pero no imposible, y si ibas con cuidado no había peligro.

Luego de eso venía un sector de pendiente negativa suave, donde lo ideal era buscar a un grupo para poder turnarse en la punta.

En la mitad del circuito aproximadamente llegaba la Cuesta Ibacache, que la verdad se pasa sin mayores complicaciones, no es tan larga y cuando te pones a preguntar cuanto queda para llegar al final, se termina.

En ese momento creo que es cuando más cuidado hay que tener, ya que bajando la Cuesta Ibacache hay un par de curvas que parecen nos ser tan cerradas, pero sí lo son, así que la recomendación es a tener cuidado.

La última mitad de la carrera es prácticamente plana, pasando por sectores poblados y con pavimento en buenas condiciones, aunque un poco de viento hizo que los últimos kilómetros sean más complicados.

En resumen, un circuito ideal para un fin de semana de pedaleo, ya que tanto el kilometraje como el desnivel acumulado no te dejan agotado, pero sí satisfecho. La verdad una distancia que se puede disfrutar, pegando algunos palos y pudiendo llegar a la meta sin estar destrozado.

Como detalles, en la mitad del circuito entregaron Gatorade, que fue muy agradecido.

Terminando la carrera, en el base camp, se venía la mejor parte: conversar con amigos viejos y nuevos, disfrutar de pastas Lucchetti, jugos y helados Guallarauco y por supuesto hamburguesas y cerveza de la casa, una merecida Kross. También café para cerrar un rico almuerzo post pedaleo.

Adicionalmente, masajes y tiendas con productos de ciclismo, como Up4Race, Condor Cycles (ruedas Reynolds) y Wahoo. En las tres tiendas con productos para comprar, desde accesorios, hasta bicicletas Felt. También en Wahoo pude participar de un concurso de quien levantaba más Watts después de la carrera, participé y quedé con las piernas como lana jajaja.

Luego viendo el momento de la premiación, qué tal vez debiera haber comenzado un rato antes, pero que una vez que empezó nadie se quería ir, ya que después de premiar a los mejores se venías algunos concursos de Cervezas Kross y el plato fuerte de la tarde, donde sortearon unas espectaculares ruedas Reynolds, en donde el afortunado ganador fue Andrés Sauma.

En síntesis, una carrera que debutó en grande y que seguramente con el pasar de las ediciones irá sumando más ciclistas para ser una de las grandes de la temporada.

Conversamos con algunos ciclistas y muchos estuvieron de acuerdo que podían hacer un par de fechas por año, así que ahora esperamos noticias de Epic Ride para contarles si será una o dos fechas al año. Lo mismo con la fecha, ya que según los organizadores tratarán de que sea en los primeros días de abril.

Detalle a repensar, si el circuito tal vez debiera hacerse al revés para evitar la bajada en malas condiciones de la Cuesta El Pangue, aunque con 90 km hacer esa subida puede ser bastante desafiante.

Por último, comentarios tanto de hombres como de mujeres que escuché en el tercer tiempo, y también ha sido tema en otras carreras, es que tal vez llegó el momento, por la gran cantidad de mujeres que compiten, de que haya una partida diferenciada para ellas, y de esa manera evitar gregarios del sexo opuesto y que las estrellas sean ellas, compitiendo entre ellas sin interferencias.

Dos días después de la carrera, ya les puedo decir que estoy ansioso por saber cuándo se realiza la segunda edición, para ser el primero en inscribirme, tanto a mi como ciclista como a Ridechile como Media Partner.