Mariana Gómez: “Una carrera llena de Girl Power”

Race Report Woman Bike Fest 2020

Primera semana de marzo y una nueva carrera está llamando la atención, dos razones: Es el día en que se conmemora a la mujer y es sólo para mujeres. Razones suficientes para decidirnos a participar, así que bastó un par de llamadas y ya éramos 7 inscritas más al Woman Bike Fest!

Llegó el domingo 8 y como día de carrera suena la alarma muy temprano a las 6:00 am. El día anterior habíamos dejado “todo” listo, o mejor dicho “casi todo”, porque la Taina (mi hermana) se da cuenta que no había traído los zapatos de bici! Para mi hubiese sido la peor pesadilla, pero ella se las ingenió y terminó corriendo con los zapatos del pololo amarrados con tape jaja.

En conjunto con los nervios, y lógicamente el sueño, llegamos temprano al Parque de Zapallar, con la sorpresa de que ya todo estaba listo y con detalles adicionales que no siempre vemos en estos eventos deportivos. Desde el clásico sector de café- aunque alguna echamos de menos las galletitas-, hasta un tremendo lugar perfectamente acondicionado para calentar con los chicos de Watts Co. Paseamos un rato con mis amigas, eligiendo el spot perfecto para las fotos de rigor y así calmar un poco los nervios. La magia en todo esto, ver a tantas mujeres con la tricota de Women Bike Fest y sus bicis listas para competir. Finalmente, me tomé un último café con la Paty y ya listas y dispuestas llegó la hora de encajonarse.

Esta es mi cuarta carrera de bici y con mis amigos siempre nos hemos posicionado en las últimas filas de la salida, pero esta vez fue diferente y con mucho optimismo nos ubicamos bien adelante y decidimos tratar de seguir al primer pelotón (jijiji).

La carrera partió puntualmente a las 9:00, y apenas largamos, los nervios y la ansiedad se transformaron en pura adrenalina y concentración para no despegarse del grupo.

La primera parte, camino a Papudo y de vuelta a Zapallar, fue espectacular, logramos ir con el primer pelotón (yo me sentía con superpoderes por andar con tantas mujeres extremadamente buenas para pedalear), pero lamentablemente duró poco mi ilusión, porque ya cerca del kilómetro 20 de la carrera nos quedamos un poco atrás con otras 6 chicas ciclistas. Como unas profesionales del pedaleo, nos fuimos turnando la punta, pero llegamos a una de las primeras subidas largas y ahí tuve que asumir mi realidad (jajaja), todavía me falta un poco para poder seguirlas.

Como mi estrategia no me funcionó, ya que insisto el pelotón inicial era muy bueno, desde el kilómetro 25 al 40 tuve que pedalear completamente sola, viendo a la distancia a mi pelotón soñado, imposible ya de alcanzar. Aceptando mi realidad, me daba ánimo, y bien concentrada le ponía cadencia a mi pedaleo, esperando que alguna chica apareciera en el camino. Avanzaba en los kilómetros, y no veía ni un alma en pena. Durante este solitario trayecto, recordé aquellos tiempos de triatleta, donde no se puede ir en grupo y hay que entrenar la mente para aguantar y estar mucho rato pedaleando sola. Definitivamente mi experiencia de triatleta creo que me ayudó a mantener un buen ritmo y no tomármelo como un paseo, porque la verdad que la ruta era tan linda que daban ganas de pasear y mirar el paisaje.

Luego de varias subidas y bajadas -en soledad, recalco-, llegando a Puchuncaví empecé a ver más gente, pero todavía nadie con quien pudiera realmente unirme, hasta que de repente llegó la salvación! Me doy vuelta y venía un pelotón de 10 chicas, pedaleando con todo, y ya cuando la cosa no podía ser mejor, veo a mis partners de ruta! (la Mai y la Patty).

De ahí en adelante nos fuimos todas juntas y aguantando los ritmos que imponían las que tomaban la delantera. En todo momento nos fuimos dando ánimo, pero ya lo único que queríamos era llegar y seguían apareciendo los interminables repechos. Estábamos quemando los últimos cartuchos, pero tuvimos que aguantar y apretar los dientes porque pensábamos que eran 73 km cuando realmente fueron 75 km! La llegada fue épica, me sentí dentro del Tour de France, ya que al ver la meta varias aceleraron parándose en lo pedales para cruzar primera (de este pelotón) la preciada meta.

Fue una carrera especial en un día especial. Fue muy lindo ver a tantas mujeres animándose a correr, muchas con harta experiencia en ciclismo y muchas donde esta era su primera carrera. La buena onda y el ánimo en la ruta fueron permanentes, y para mí, un ejemplo más de que el deporte nos permite no solo competir de forma sana, sino que también me confirma la solidaridad entre nosotras.

Esta fue una carrera que compartí con mis amigas y mi hermana, con las que siempre disfrutamos a concho cada nuevo desafío que a cada una se le ocurre, me reencontré con varias que me alegró mucho verlas de vuelta a las pistas y conocí nuevas grandes mujeres.

No me queda más que agradecer a todas y todos los que se preocupan de incentivar el deporte en las mujeres, a la que alguna vez se dio el tiempo y me acompañó y gracias a eso partí corriendo y a eventos como este que estoy segura seguirá motivando a muchas más.